jueves, 1 de abril de 2010

Los riesgos de irse de putas

Un señor bajito y apocado decide un día echar una cana al aire e irse de putas. Se dirige a un prostíbulo de su ciudad y solicita que le atienda en las lides amatorias una meretriz grande, muy grande, la más grande.

La madame accede a su petición y le envía a la habitación a una señora ramera de ciento veinte kilos. El hombrecillo al ver semejante mujer se asusta... y más cuando ella se tumba en la cama, se quita la ropa interior y mostrándole su tupido y enorme chocho grita:

- ¡Cómetelo, cómetelo!

El hombre aterrorizado responde:

- ¡A mi no! ¡A mi no!

No hay comentarios:

Publicar un comentario