lunes, 3 de mayo de 2010

El duro trabajo del enterrador

Un enterrador va caminando por el cementerio donde trabaja cuando escucha, procedente de una tumba reciente, gritos que dicen:

- ¡Socorro, que no estoy muerto!

El hombre, velozmente va hasta el lugar, excava hasta llegar al ataúd y, golpeando con la pala al señor que grita dice:

- ¡Tú lo que estás es mal enterrado!

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