sábado, 15 de mayo de 2010

En el entierro

Al terminar el entierro de un hombre de buena posición sus hijos van recibiendo el pésame de todos los asistentes.

- Mi más sentido pésame -dicen los presentes.

- Gracias -responde, invariablemente los hijos.

Cuando le llega el turno al director de la sucursal de la que era cliente habitual el finado, el caballero les da la mano a ambos hijos y dice:

- Mi más sentida enhorabuena.

Entonces uno de los hijos mira al otro y exclama:

- Ya no hay dudas, papá estaba forrado.

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