Una monjita llama a la puerta de una casa. Abre una niña y la monjita pregunta:
- Perdona, jovencita, ¿podéis dar algo para el asilo?
A lo que la niña, girando la cabeza hacia el interior de la casa, grita:
-¡Abuelo, baja para aquí!
- Perdona, jovencita, ¿podéis dar algo para el asilo?
A lo que la niña, girando la cabeza hacia el interior de la casa, grita:
-¡Abuelo, baja para aquí!
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