Así, al hambriente paciente le llevan para comer un guisante y un tomatito y de beber un dedal de agua.
El hombre, al ver aquello, dice:
-¿Podrían traerme un sello postal?
La enfermera, sorprendida, pregunta: -¿Para qué?
-Porque después de comer me gusta leer algo.
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