El doctor, al observar aquello, se mesa las barbas y se frota la calva, trtando de averiguar a qué se puede deber eso.
-Dígame, caballero. ¿Cómo es su vida sexual habitual? Quizá de ese modo podamos averiguar qué le sucede.
-Pues bueno -comienza el paciente-, nada más levantarme le hago el amor a mi mujer. Luego, al llegar a la oficina se lo hago a mi secretaria. A medio día, voy a casa a comer y se lo hago a mi mujer de nuevo. Por la tarde voy al gimnasio y me lo monto con la profesora de aerobic. Y por la noche, antes de dormir, repito con mi esposa.
- ¿Y eso todos los días?
-En efecto.
-Pues ya sé que le pasa. ¡Usted hace demasiado el amor!
-Qué alivio! Creía que era de las pajas!
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