Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros (Groucho Marx)

Este blog pretende ofrecer al visitante un chiste nuevo al día durante todo el año. Los habrá de todo género y calidad. Largos y cortos. Buenos y malos. Simpáticos, irreverentes, grotestos, de alto contenido sexual y propios de la astracanada más sonada.

Nadie está obligado a leerlos pero cualquier comentario es bien recibido.

O no.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Un asunto de pelotas

En uno de los celebérrimos concursos paneuropeos para demostrar quién es más chulo, se decide que en esta ocasión ganará quien consiga traer más pelotas de pin-pon a un determinado lugar en una determinada hora.

Llegada la fecha en el sitio se oye el motor de un potente camión. Lo conduce el representante francés. Al abrir las puertas del remolque se desparraman miles de pelotas de pin-pon. Una proeza.

Pero entonces se oye un avión que está aterrizando. Un Jumbo toma tierra y de su interior sale el representante inglés. Al subir los jueces al avión descubren que todo el interior, la totalidad, está repleta de pelotas de pin-pon. Cientos de miles de ellas.

En ese momento, en el puerto marítimo, llega un petrolero inmenso con bandera alemana. Su capitán, el representante del citado país, abre las compuertas de la bodega y millones de pelotas de pin-pon inundan el lugar.

Parece que el vencedor está claro, pero la gente se pregunta ¿dónde está el representante español?

En ese momento se le ve bajar de una furgoneta pequeñita llevando a sus espaldas dos enormes sacos. El hombre parece muy contento y triunfal. De hecho va gritando.

- ¡He ganado, he ganado!

La gente, sorprendida y apenaba a la vez le dice.

- Pero ¿qué vas a ganar? Si sólo has traído dos sacos de pelotas de pin-pon.

El español, sorprendido, dice:

- ¿Pelotas de pin-pon?¿¿¿Pero no eran las pelotas de King Kong???

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