Dos amigos están viendo un partido de fútbol en el Santiago Bernabeu cuando uno le dice al otro:
- Pepe, me apuesto 50 euros a que soy capaz de darle una colleja a ese maromo de ahí delante y él no me intenta pegar después.
Pepe observa al "maromo", que mide cerca de dos metros y es todo músculo, y no se lo piensa dos veces.
- ¡Acepto! A ver como te las compones, Manolo.
Así que Manolo, se acerca por detrás al caballero y le propina una colleja con todas sus fuerzas, ¡PLAS!
- ¡Me cago en la mar! -grita el hombretón, mientras se gira con cara de pocos amigos hacia Manolo.
- ¡Roberto, viejo amigo! -exclama Manolo, abrazando al gigantón como si nada hubiera pasado-. ¡Cuanto tiempo sin verte! Desde la mili al menos...
- ¡Oiga, que yo no soy Roberto! -responde, agitado, el musculitos.
- Claro que sí, joder. ¿No te acuerdas de mi? Soy Manolo, el de Logroño. Compartíamos tienda de campaña en las maniobras...
- Le digo que se equivoca usted. Yo no soy Roberto.
- Vaya, lo lamento caballero. Discúlpeme -y dicho esto, Manolo vuelve junto con su amigo Pepe que, compungido, le da 50 euros.
Al cabo del rato, Manolo le dice a Pepe:
- Te apuesto 100 euros que le doy otra colleja al maromo y tampoco me arrea esta vez.
Pepe, sorprendido, acepta, confiando en que se le acabó la suerte a su amigo. De nuevo Manolo se acerca al hombretón, echa la mano hacia atrás y ¡ZAS! le suelta un nuevo collejón de aupa.
- ¡Me cago en la leche que te han dado! -grita el gigantón.
- Roberto, joder, que sí que eres tú. Te tienes que acordar de mi por fuerza, si siempre compartíamos el rancho y hasta te invité a mi pueblo para las fiestas.
- ¡Qué yo no soy el tal Roberto!
- ¡Qué sí!
- ¡Qué no, joder, que no!
- Bueno, bueno -responde Manolo-. Disculpe, no volveré a saludarle.
Y Manolo regresa al lado de Pepe y este le entrega 100 euros mientras masculla para sus adentros.
El partido de fútbol termina y mientras los dos amigos se dirigen a una de las salidas Manolo le dice a Pepe.
- Mira, por ahí delante va el cachas ese. Te apuesto 200 euros a que le suelto otra colleja y no me la devuelve.
- Manolo, que te las estás buscando -responde Pepe, pero aún así acepta la apuesta.
Manolo, decidido, va detrás del maromo y, con todas sus fuerzas, le suelta otra colleja ¡ZAS!
- ¡La madre que te parió! -comienza a gritar el gigantón, pero en ese momento Manolo le abraza con todas sus fuerzas y dice:
- ¡¡¡Roberto!!! ¡Joder, no te lo vas a creer pero antes he visto a un tío que es igualito que tú!
- Pepe, me apuesto 50 euros a que soy capaz de darle una colleja a ese maromo de ahí delante y él no me intenta pegar después.
Pepe observa al "maromo", que mide cerca de dos metros y es todo músculo, y no se lo piensa dos veces.
- ¡Acepto! A ver como te las compones, Manolo.
Así que Manolo, se acerca por detrás al caballero y le propina una colleja con todas sus fuerzas, ¡PLAS!
- ¡Me cago en la mar! -grita el hombretón, mientras se gira con cara de pocos amigos hacia Manolo.
- ¡Roberto, viejo amigo! -exclama Manolo, abrazando al gigantón como si nada hubiera pasado-. ¡Cuanto tiempo sin verte! Desde la mili al menos...
- ¡Oiga, que yo no soy Roberto! -responde, agitado, el musculitos.
- Claro que sí, joder. ¿No te acuerdas de mi? Soy Manolo, el de Logroño. Compartíamos tienda de campaña en las maniobras...
- Le digo que se equivoca usted. Yo no soy Roberto.
- Vaya, lo lamento caballero. Discúlpeme -y dicho esto, Manolo vuelve junto con su amigo Pepe que, compungido, le da 50 euros.
Al cabo del rato, Manolo le dice a Pepe:
- Te apuesto 100 euros que le doy otra colleja al maromo y tampoco me arrea esta vez.
Pepe, sorprendido, acepta, confiando en que se le acabó la suerte a su amigo. De nuevo Manolo se acerca al hombretón, echa la mano hacia atrás y ¡ZAS! le suelta un nuevo collejón de aupa.
- ¡Me cago en la leche que te han dado! -grita el gigantón.
- Roberto, joder, que sí que eres tú. Te tienes que acordar de mi por fuerza, si siempre compartíamos el rancho y hasta te invité a mi pueblo para las fiestas.
- ¡Qué yo no soy el tal Roberto!
- ¡Qué sí!
- ¡Qué no, joder, que no!
- Bueno, bueno -responde Manolo-. Disculpe, no volveré a saludarle.
Y Manolo regresa al lado de Pepe y este le entrega 100 euros mientras masculla para sus adentros.
El partido de fútbol termina y mientras los dos amigos se dirigen a una de las salidas Manolo le dice a Pepe.
- Mira, por ahí delante va el cachas ese. Te apuesto 200 euros a que le suelto otra colleja y no me la devuelve.
- Manolo, que te las estás buscando -responde Pepe, pero aún así acepta la apuesta.
Manolo, decidido, va detrás del maromo y, con todas sus fuerzas, le suelta otra colleja ¡ZAS!
- ¡La madre que te parió! -comienza a gritar el gigantón, pero en ese momento Manolo le abraza con todas sus fuerzas y dice:
- ¡¡¡Roberto!!! ¡Joder, no te lo vas a creer pero antes he visto a un tío que es igualito que tú!
No hay comentarios:
Publicar un comentario