Un hombre está durmiendo en la cama con su mujer cuando se despierta sin saber muy bien porqué. Al desvelarse le llama la atención algo curioso:
- Cariño -susurra para despertar despacito a su mujer-, cariño...
- Dime -responde ella-
- Hay seis pies en la cama... -dice el hombre, alarmado.
- No, mi vida. Hay cuatro -responde ella sin abrir los ojos del todo.
- Que no, que no, que hay seis -repite él.
- No. Hay cuatro, estoy segura.
- Hay seis. ¡Los estoy viendo ahora mismo!
- Bueno, vale. Pues bájate de la cama y cuéntalos a ver.
El marido, solícito y mosqueado, hace lo que su mujer le dice y, a los pocos segundos, dice más tranquilo:
- ¡Uff! Tienes razón, sólo hay cuatro.
- Cariño -susurra para despertar despacito a su mujer-, cariño...
- Dime -responde ella-
- Hay seis pies en la cama... -dice el hombre, alarmado.
- No, mi vida. Hay cuatro -responde ella sin abrir los ojos del todo.
- Que no, que no, que hay seis -repite él.
- No. Hay cuatro, estoy segura.
- Hay seis. ¡Los estoy viendo ahora mismo!
- Bueno, vale. Pues bájate de la cama y cuéntalos a ver.
El marido, solícito y mosqueado, hace lo que su mujer le dice y, a los pocos segundos, dice más tranquilo:
- ¡Uff! Tienes razón, sólo hay cuatro.
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