Un señor entra en la zona de juguetes de unos grandes almacenes dispuesto a cumplir el encargo de su esposa: comprar una muñeca Barbie para el cumpleaños de la hija de ambos. Como no conoce el mundo de las muñecas ni de Barbie decide pedir ayuda a una dependienta que pulula por la zona.
- Vera, señora, quisiera comprar una muñeca Barbie para mi hija ¿cual me recomienda?
- Bueno -responde la encargada- tenemos la Barbie dentista, que cuesta 19 euros, la Barbie tenista, que cuesta 19 euros, la Barbie veterinaria, que cuesta 19 euros, la Barbie divorciada que cuesta 149 euros...
- Un momento, un momento -dice el señor- ¿por qué la Barbie divorciada cuesta 149 euros cuando las otras cuestas 19?
- Muy sencillo, caballero. La Barbie dentista lleva a Barbie con los aparejos de dentista, la veterinaria los de ese oficio, la tenista los de practicar ese deporte. Pero la Barbie divorciada lleva la Barbie y el coche de Ken, la casa de Ken, el jet de Ken, el chalet de Ken...
- Vera, señora, quisiera comprar una muñeca Barbie para mi hija ¿cual me recomienda?
- Bueno -responde la encargada- tenemos la Barbie dentista, que cuesta 19 euros, la Barbie tenista, que cuesta 19 euros, la Barbie veterinaria, que cuesta 19 euros, la Barbie divorciada que cuesta 149 euros...
- Un momento, un momento -dice el señor- ¿por qué la Barbie divorciada cuesta 149 euros cuando las otras cuestas 19?
- Muy sencillo, caballero. La Barbie dentista lleva a Barbie con los aparejos de dentista, la veterinaria los de ese oficio, la tenista los de practicar ese deporte. Pero la Barbie divorciada lleva la Barbie y el coche de Ken, la casa de Ken, el jet de Ken, el chalet de Ken...
No hay comentarios:
Publicar un comentario