Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros (Groucho Marx)

Este blog pretende ofrecer al visitante un chiste nuevo al día durante todo el año. Los habrá de todo género y calidad. Largos y cortos. Buenos y malos. Simpáticos, irreverentes, grotestos, de alto contenido sexual y propios de la astracanada más sonada.

Nadie está obligado a leerlos pero cualquier comentario es bien recibido.

O no.

sábado, 3 de abril de 2010

Un singular tratamiento médico

Una mujer acompaña a su hija de 20 años al ginecólogo porque desde hace un tiempo la nota rara, ausente, despistada. El médico reconoce a la joven y al concluir sentencia:

- Señora mía, su hija está bien, pero me temo que para espabilarse necesita un coito.

- Vaya -responde la mujer- ¿y eso es grave?

- No, pero le recomiendo que lo solucione cuanto antes -afirma al doctor.

- ¿Y qué tratamiento me recomienda para mi hija?

- Hmmm, bueno... vaya, si quiere le pido a un enfermero que venga y lo solucione.

- ¡Muy buena idea, doctor! Así se lo ponen el tratamiento ya aquí y en casa no hay que molestarse.

El médico sale un momento y regresa acompañado de un joven y apuesto enfermero.

- Señora -dice el doctor- ahora usted y yo deberemos esperar fuera.

La mujer complacida por lo bien que funciona la seguridad social sale al pasillo acompañando al médico que, tras él, cierra la puerta suavemente. Unos minutos después empiezan a oírse gemidos, gritos de placer y el rítmico ruido de unos muelles. Entonces la señora le susurra al médico al oído:

- ¡Doctor, menos mal que usted y yo sabemos lo que es un coito, que si no diríamos que hay dentro están follando!

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