En el Londres medieval se convoca un concurso para comprobar quien es el mejor tirador de la Cristiandad. Acuden arqueros y ballesteros de todas partes con la intención de recibir los honores y el suculento premio del vencedor.
Al final todo queda entre tres tiradores: uno llegado de Suiza, otro llegado de Inglaterra y otro llegado de Aragón.
El suizo, dispuesto a dejar a sus rivales a a altura del barro pide a un niño que se coloque una manzana sobre la cabeza. Luego se aleja cincuenta metros del niño, apunta con su ballesta y ¡atraviesa la manzana sin rozar al niño!
Ante el aplauso general el gallardo tirador se descubre y, haciendo una reverencia, exclama en inglés:
- I'm Guillermo Tell!
El segundo finalista, necesitando mejorar aquello y movido por la cercanía de su público, dice que disparará contra el pivote disparado por el suizo y que, al atravesar la manzana, fue a clavarse en un árbol. El inglés, se aleja ¡cien metros!, apunta con su arco, dispara y ¡atraviesa de parte a parte el pivote del suizo!
El público, enfervorecido, aplaude a rabiar. El arquero, muestra su rostro y exclama:
- I'm Robin Hood!
El tirador aragonés, el último, se percata de que la cosa está muy jodida, así que opta por una arriesgada maniobra: dice que él será capaz de dar en la flecha del inglés, atravesando una manzana que se pondrá en la cabeza de un niño.
La gente, asombrada, se agolpa para ver semejante proeza.
El aragonés apunta su arco, tensa la cuerda, dispara y ¡le da al niño en todos los cataplines!
La gente horrorizada enmudece y el tirador aragonés, mostrando su rostro exclama:
- I'm sorry!
Al final todo queda entre tres tiradores: uno llegado de Suiza, otro llegado de Inglaterra y otro llegado de Aragón.
El suizo, dispuesto a dejar a sus rivales a a altura del barro pide a un niño que se coloque una manzana sobre la cabeza. Luego se aleja cincuenta metros del niño, apunta con su ballesta y ¡atraviesa la manzana sin rozar al niño!
Ante el aplauso general el gallardo tirador se descubre y, haciendo una reverencia, exclama en inglés:
- I'm Guillermo Tell!
El segundo finalista, necesitando mejorar aquello y movido por la cercanía de su público, dice que disparará contra el pivote disparado por el suizo y que, al atravesar la manzana, fue a clavarse en un árbol. El inglés, se aleja ¡cien metros!, apunta con su arco, dispara y ¡atraviesa de parte a parte el pivote del suizo!
El público, enfervorecido, aplaude a rabiar. El arquero, muestra su rostro y exclama:
- I'm Robin Hood!
El tirador aragonés, el último, se percata de que la cosa está muy jodida, así que opta por una arriesgada maniobra: dice que él será capaz de dar en la flecha del inglés, atravesando una manzana que se pondrá en la cabeza de un niño.
La gente, asombrada, se agolpa para ver semejante proeza.
El aragonés apunta su arco, tensa la cuerda, dispara y ¡le da al niño en todos los cataplines!
La gente horrorizada enmudece y el tirador aragonés, mostrando su rostro exclama:
- I'm sorry!
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