Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros (Groucho Marx)

Este blog pretende ofrecer al visitante un chiste nuevo al día durante todo el año. Los habrá de todo género y calidad. Largos y cortos. Buenos y malos. Simpáticos, irreverentes, grotestos, de alto contenido sexual y propios de la astracanada más sonada.

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O no.

miércoles, 14 de abril de 2010

El perro gorilero

Un cazador había pagado una fortuna para poder ejercer su afición por la actividad cinegética en uno de los parajes más asombrosos de África dónde abundaban los gorilas como caza mayor por excelencia. Pero, pese a disponer de las armas más modernas y de los mejores guías locales, no consiguió dar con ningún ejemplar al que poder ensartar y disecar. Así que llegó el momento de regresar a España rodeado por el ridículo y el oprobio.

Pero, el último día de su infructuosa estancia en el continente negro un nativo de la zona le informó de que en un poblado muy pequeño de las montañas vivía un anciano que era el mejor guía de la región y que ningún cazador que hubiese ido con él de batida volvía con las manos vacías.

Así que el hombre, desesperado por cazar un trofeo antes de volver a su casa, marchó al poblado que le dijeron para conocer a aquel viejo y tratar de contratarlo para una última partida de caza.

Efectivamente, en el villorrio se topó con un anciano que le dijo lo siguiente:

- Para ir a cazar gorilas conmigo no necesita usted esas armas tan sofisticadas y ruidosas. Sólo es preciso que traiga una estaca bien gorda y saldremos usted, yo y mi perro gorilero -dijo esto señalando a un chucho pequeño, de no más de un palmo, que dormía plácidamente a sus pies.

- Disculpe usted -interrumpió el cazador- pero, ¿en qué consiste su táctica de caza? No la veo yo muy ortodoxa.

- Bueno, partiremos los tres con la estaca al caer la tarde hacia la espesura del valle. El perro gorilero buscará los rastros y nos indicará en que árboles se encuentra escondido un gran gorila. Entonces yo treparé a las ramas. Las agitaré violentamente hasta que el gorila caiga al suelo. En ese momento, el perro se lanzará contra sus partes pudendas y se las destrozará en un santiamén, dejando la pieza lista para su traslado dónde usted quiera.

- Hmmm ¿y para qué sirve la estaca? -pregunta el avezado cazador.

- ¡Coño, por si me caigo yo de las ramas que mate usted al perro!

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