Un rudo marinero, tras volver de una larga travesía, llega a su casa en un estado de excitación tal que coge a su mujer, la lanza sobre la cama y le dice:
- ¡María, hoy te la voy a meter por la oreja!
La mujer, alarmada, replica:
- ¡Ay, Pepe! ¿Y si me dejas sorda?
A lo que el rudo marinero responde:
- ¿Pero alguna vez te he dejado muda?
- ¡María, hoy te la voy a meter por la oreja!
La mujer, alarmada, replica:
- ¡Ay, Pepe! ¿Y si me dejas sorda?
A lo que el rudo marinero responde:
- ¿Pero alguna vez te he dejado muda?
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