Una vieja acude a una pescadería y, cuando le toca el turno, le pregunta al pescadero:
- Disculpe, joven ¿tiene usted agallas?
- Por supuesto, señora.
Entonces la vieja, se levanta el refajo, le enseña el potorro y exclama.
- ¡¡¡Pues cómase esto!!!
viernes, 30 de abril de 2010
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