Una fría mañana en las montañas de Suiza, Heidi se levanta de la cama sonriente y contenta como siempre. Pero, al ir a vestirse, descubre horrorizada que está sangrando por ahí abajo y asustada corre a buscar a Pedro, que se encontraba con sus cabras en el verde campo frente a su casa.
-¡Pedro, Pedro!
-¿Qué suece Heidi? -pregunta el pastorcillo azorado y preocupado.
-Mira lo que me ha pasado -y la jovencita, se levanta el faldón y le enseña a Pedro su cosa mancha de sangre.
El cabrerito, con cara de horror, exclama:
-¡Joder, te han cortado los huevos!
-¡Pedro, Pedro!
-¿Qué suece Heidi? -pregunta el pastorcillo azorado y preocupado.
-Mira lo que me ha pasado -y la jovencita, se levanta el faldón y le enseña a Pedro su cosa mancha de sangre.
El cabrerito, con cara de horror, exclama:
-¡Joder, te han cortado los huevos!
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