Al termino de una visita de estado del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, a Rusia, Vladimir Putin le dice al africano que en su país es tradición terminar las visitas jugando a un juego tradicional ruso. Mugabe asiente y se dispone a jugar a lo que haga falta. Entonces Putin saca un revolver, mete una bala en el tambór, le da vueltas y le ofrece el arma al africano.
- El juego es la ruleta rusa -explica.
Mugabe no dice nada, se apoya el arma en la sien y aprieta el gatillo.
Retira el revolver, se lo devuelve al ruso, se dan un abrazo y se vuelve a su país.
A los seis meses es Putin el que viaja a Zimbabue. Al terminas la visita, Mugabe le comenta que allí también es tradición que el visitante se despida jugando a un juego tradicional. Los dos mandatarios entran en una habitación en la que hay seis mujeres negras bellísimas.
- Elige a la que quieras y te comerá la polla -dice Mugabe.
- Vaya, que tradición tan interesante -dice Putin contentísimo mientras se empieza a bajar los pantalones.
- Sólo una cuestión -añade Mugabe- ¡una de ellas es caníbal!
- El juego es la ruleta rusa -explica.
Mugabe no dice nada, se apoya el arma en la sien y aprieta el gatillo.
¡Click!
Retira el revolver, se lo devuelve al ruso, se dan un abrazo y se vuelve a su país.
A los seis meses es Putin el que viaja a Zimbabue. Al terminas la visita, Mugabe le comenta que allí también es tradición que el visitante se despida jugando a un juego tradicional. Los dos mandatarios entran en una habitación en la que hay seis mujeres negras bellísimas.
- Elige a la que quieras y te comerá la polla -dice Mugabe.
- Vaya, que tradición tan interesante -dice Putin contentísimo mientras se empieza a bajar los pantalones.
- Sólo una cuestión -añade Mugabe- ¡una de ellas es caníbal!
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